domingo, 25 de mayo de 2008

Mi Dicotomía




Mientras Silvia se preocupa por tener éxito y ser una persona carismática, cumplida, consagrada en sus deberes, mostrando un equilibrio aparente sobre cada aspecto que conforma su vida.

Catalina se enamora de su alma sensible más no frágil, despreocupada y apasionada por la vida, por minucias, se encanta con simplezas que resultan extraordinarias solo en su mundo en su basta concepción de la vida.


Silvia calcula todo hasta el más mínimo detalle, sin hacer nada a un lado, prestándole atención a todo lo que pueda ser mostrado a los demás. Tiene una sonrisa falsa de hierro, fuerte, triste, fría, desconsoladora. Se refugia en sus deberes y no se permite descubrir otros placeres que la hagan sonreír. En cambio Catalina va por la vida danzando con el viento, jugando con la arena haciendo puentes de sueños que la conducen a un mundo mágico y fantasioso que se encarga de sumergirla en las bondades de la vida. Propalando con actos ligeros y palabras simples la manera de conformar un mundo sencillo. Contempla atardeceres, amaneceres y noches. Concibe su libertad en devoción a su arte y así crecen simultáneamente su cause de pasión, su alma sensible.
Para la otra, esa que dice ser la misma Catalina solo espero que algún día pueda cambiar la expresión de su rostro y se aparte de esa sonrisa falsa y la convierta en una sincera y suave. Que no salga por benevolencia, sino por complacencia a ella misma. Que pueda disfrutar otros placeres de la vida, y no desespere con el llanto de un niño que imagine, que aproveche el ruido y lo transforme en recuerdos o en anhelos. Mirando hacia un futuro lleno de proezas.


Quizá algún día Silvia pueda ser borrada, y tan sólo quede Catalina para que siga enseñándome paisajes, y me haga viajar en el tiempo y a medida que pasa pueda crear un forma distinta de captar la vida. Donde ya no existan escenarios que intervengan en mis decisiones ni dirijan mis acciones, tan solo que el instinto y el ímpetu me guíen y de esa manera pueda proliferar en mis actos. Quisiera vivir 18 años más olvidando que Silvia algún día existió.