sábado, 26 de enero de 2013

Un día... me fasciné contigo. Me encapriché contigo, comencé a pensarte en cada letra. Cada hilacha de mis palabras llevaba un pedazo de ti escondido que rozaba el suelo y me arrastraba a tus letras. Desde ese día quede atrapada en la telaraña que tu mano destruye cuando camina por la escalera y le cubre la cara. Guardé silencios añadí distancia... Fracturé recuerdos hasta que por fin decidí olvidarte. volviste a ser un fantasma.