La noche,
el frío
y tu recuerdo
latente.
La cama,
el aroma,
el sueño
que agobia
y la nostalgia
presente.
La mano,
la flor,
la luz
y tu sombra.
Las olas,
el viento,
el cangrejo
y tú
desde lejos,
contando mis pasos,
cuidando los trazos,
con la luz
del sueño
en la noche.
Con tu aroma
y el constante reproche.
Con las manos
heladas,
y el pecho tibio
preparado para
recostar a otro cuerpo
que se acurruca en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario